Las psilas son pequeños insectos del orden Hemiptera que afectan a diferentes tipos de plantas, desde frutales hasta hortalizas. En este artículo exploraremos en detalle el ciclo de vida de las psilas, los daños que causan, cómo reconocerlas, sus especies más importantes, así como las medidas de control y tratamientos disponibles para saber cómo combatirlas eficazmente.
### ¿Qué son las Psilas o pulgones saltadores? ###
Las psilas, también conocidas como “pulgones saltadores,” son insectos que se alimentan de la savia de las plantas, causando daños que impactan directamente la productividad de las plantas y desarrollo. Debido a su pequeño tamaño y facilidad de propagación, se convierten en una plaga de rápida expansión en condiciones favorables. Las psilas suelen localizarse en el envés de las hojas y en brotes jóvenes, áreas ricas en nutrientes que facilitan su desarrollo.
### Ciclo de Vida de las Psilas ###
El ciclo de vida de las psilas incluye tres etapas principales:
Huevo: Las hembras depositan los huevos en los tejidos jóvenes de las plantas, especialmente en hojas y brotes. Dependiendo de la especie, los huevos pueden variar en tamaño y color.
Ninfa: Al eclosionar, las ninfas pasan por varias mudas antes de convertirse en adultos. Durante esta etapa, las ninfas se alimentan intensamente de savia y producen melaza, que sirve como sustrato para el desarrollo de hongos como la fumagina.
Adulto: Los adultos poseen alas y pueden moverse entre plantas, dispersando la plaga a otras áreas. En la fase adulta las hembras y los machos tienen diferencias morfológicas que los hacen fácilmente reconocibles. Las hembras tienen una terminación abdominal alargada que les permite poner los huevos en grietas y lugares estrechos. Además, las hembras tienen los ojos de color rojizo – anaranjado mientras que los machos tienen los ojos marrones.
En condiciones óptimas, las psilas pueden completar su ciclo en pocas semanas, lo que favorece su reproducción rápida. Este ciclo se repite varias veces al año, especialmente en climas cálidos, permitiendo a la plaga multiplicarse rápidamente.
### Daños Causados por las Psilas ###
Daños estéticos: Muchas psilas producen una especie de algodón que afecta a la estética de la planta y en casos graves llegan a cubrir una gran parte de las hojas.
Debilitación de la planta: Al succionar la savia, las psilas debilitan las plantas, causando deformaciones en las hojas, amarillamiento y pérdida de vigor.
Presencia de melaza y fumagina: La melaza que producen las ninfas favorece la aparición de la fumagina, lo cual reduce la capacidad fotosintética de las hojas al cubrirlas con una capa negra.
Atraen otras plagas: La producción de melaza es el mejor reclamo para la presencia de otros insectos y plagas que van afectar las plantas.
Transmisión de enfermedades: Muchas especies de psilas actúan como vectores de patógenos, transmitiendo virus o bacterias a las plantas. Por ejemplo, la psila de la patata (Bactericera cockerelli) es vector de la bacteria Candidatus Liberibacter, responsable de enfermedades severas en cultivos de solanáceas. O la psila asiática o de los citricos, Diaphorina citri, que transmite la enfermedad bacteriana conocida como Huanglongbing (HLB), una de las enfermedades más graves de los cítricos en los últimos años.
### Tipos de Psilas Más Significativas ###
Psylla pyri (psila del peral): Esta especie se encuentra principalmente en perales, y es responsable de deformaciones en las hojas y frutos, además de pérdida de vigor. Las ninfas producen abundante melaza que provoca el desarrollo de fumagina, afectando la calidad y cantidad de los frutos.
Bactericera cockerelli (psila de la patata o tomate): Común en cultivos de solanáceas, como papa, tomate y pimiento, esta psila es un vector importante de la bacteria Candidatus Liberibacter. La infección por esta bacteria causa problemas graves en los cultivos, como el síndrome de la “papa rayada” o “papa cebreada”.
Trioza apicalis (psila del apio): Esta especie afecta cultivos de zanahoria y apio, especialmente en climas fríos de Europa. Causa deformaciones y debilitamiento en las plantas, lo que reduce significativamente la calidad de la cosecha.
Diaphorina citri (psílido asiático de los cítricos): Este insecto es un vector principal del HLB (Huanglongbing o enfermedad del enverdecimiento de los cítricos), una de las enfermedades más devastadoras para los cultivos de cítricos en todo el mundo. Afecta principalmente árboles como naranjos, limoneros y mandarinos, causando amarillamiento de hojas, deformaciones en los frutos y, eventualmente, la muerte del árbol. Su presencia es especialmente problemática en regiones tropicales y subtropicales.
Euphyllura olivina (psila del olivo): Este insecto afecta los cultivos de olivo, alimentándose de brotes jóvenes, flores y frutos. Su actividad provoca la deformación y caída prematura de flores y frutos, reduciendo significativamente la producción. Además, la melaza que segrega favorece el desarrollo de hongos como la negrilla, lo que afecta la calidad del aceite de oliva. Es una plaga común en regiones mediterráneas.
Macrohomotoma gladiata (psila del ficus): Este insecto ataca principalmente especies de ficus ornamentales, alimentándose de brotes tiernos y hojas jóvenes. Su actividad provoca deformaciones, retraso en el crecimiento y debilitamiento de las plantas. Además, secreta melaza, que favorece la aparición de hongos como la negrilla, afectando la estética y la salud de los árboles. Es una plaga emergente en áreas urbanas y zonas con climas cálidos.
Glycaspis brimblecombei (psila del eucalipto): Este insecto es una plaga invasora que afecta varias especies de eucalipto, alimentándose de la savia de las hojas. Su actividad provoca estrés hídrico, defoliación severa y, en casos extremos, la muerte del árbol. Además, produce una estructura cerosa llamada lerpa, que protege al insecto y dificulta su control. Es una plaga especialmente problemática en regiones cálidas donde el eucalipto es ampliamente cultivado para madera y papel.
### Mecanismos de Protección de las Ninfas de las Psilas ###
Las ninfas de las psilas emplean una variedad de estrategias de protección para sobrevivir frente a condiciones ambientales adversas y depredadores naturales. Estas adaptaciones son especialmente importantes durante su fase inmadura, en la cual son vulnerables. Aquí se detallan algunos de los mecanismos más destacados:
Producción de Secreciones Algodonosas o Ceras Protectoras
Algunas especies de psilas, como la psila del olivo (Euphyllura olivina) y la psila del ficus (Macrohomotoma gladiata), producen una secreción algodonosa en forma de una capa blanca que cubre a las ninfas. Esta capa de “algodón” está compuesta principalmente de ceras y cumple varias funciones:
Protección física: Actúa como una barrera frente a la deshidratación, ayudando a las ninfas a retener humedad en condiciones secas.
Defensa contra depredadores: Esta cobertura algodonosa confunde o dificulta el acceso de los enemigos naturales, como depredadores o parasitoides.
Camuflaje: Su apariencia algodonosa permite que las ninfas se mezclen mejor en el ambiente, haciéndolas menos visibles.
Formación de Escudos Protectores
Algunas psilas desarrollan un tipo de escudo o caparazón sobre el cuerpo de las ninfas, que les proporciona una protección adicional. Este escudo puede estar hecho de sustancias cerosas o secreciones endurecidas:
Escudo ceroso: En especies como Cacopsylla pyri (psila del peral), las ninfas producen una capa de cera que les ayuda a resistir el ataque de enemigos naturales.
Protección frente a insecticidas: Estos escudos pueden dificultar la penetración de los productos químicos, haciendo que las ninfas sean más resistentes a ciertos tratamientos.
Protección cooperativa
La relación simbiótica entre las hormigas y las psilas les permite contar con una “protección externa” en forma de vigilancia y defensa de las hormigas, que alejan a los depredadores para proteger su fuente de alimento, la melaza producida por las psilas.
Resistencia Comportamental
Algunas psilas poseen comportamientos que ayudan a reducir su exposición a peligros:
Inmovilidad y agrupación: En ciertas especies, las ninfas se agrupan y permanecen inmóviles en el envés de las hojas, lo cual reduce su visibilidad y exposición.
Refugio en los brotes tiernos: Al ubicarse en brotes jóvenes o áreas de difícil acceso en las plantas, las ninfas evitan la detección y el ataque de depredadores más grandes.
### Medidas de Control de las Psilas ###
El manejo de las psilas requiere un enfoque integrado que incluya métodos biológicos, culturales y de monitoreo:
Control biológico: Los depredadores naturales, como crisopas, mariquitas y ciertos parasitoides, pueden ayudar a reducir las poblaciones de psilas. Estas especies se alimentan de huevos y ninfas, contribuyendo a un control natural que minimiza el uso de productos químicos.
Control cultural: Se recomienda eliminar los residuos de cosechas infectadas para evitar que las psilas pasen de una temporada a otra. Además, mantener el cultivo libre de malezas reduce los sitios de refugio para la plaga. Las prácticas de poda en los frutales también limitan el acceso de las psilas a los brotes tiernos, dificultando su reproducción.
Monitoreo y trampas: Las trampas pegajosas de color amarillo son útiles para identificar la presencia de psilas en los cultivos y permitir una respuesta temprana. El monitoreo frecuente es clave para evitar infestaciones severas y aplicar las medidas de control adecuadas en el momento oportuno.
### Tratamientos Químicos y Biológicos ###
El uso de tratamientos debe ser parte de una estrategia integrada y respetuosa con el medio ambiente:
Insecticidas: Los insecticidas específicos para psilas pueden ser efectivos, pero es fundamental rotar los productos con diferentes modos de acción para prevenir el desarrollo de resistencias. Además, debido a la producción de escudos y ceras, los insecticidas deben ser sistémicos y con actividad con ingestión. Algunas recomendaciones:
Acetamiprid
Deltametrina
Esfenvalerato
Tau fluvalinato
Productos biológicos: Alternativas como la azadiractina (extracto de neem) y los aceites minerales ofrecen opciones menos agresivas y con menos impacto ambiental. Estos productos pueden ser aplicados en combinación con otras medidas de control para lograr una reducción efectiva de la plaga. Hay que destacar que estos tratamientos tienen efecto sobre los adultos principalmente ya que las ninfas están protegidas por los escudos cerosos.
Las psilas representan una amenaza significativa para distintos cultivos, y su manejo requiere un enfoque integral que combine medidas preventivas, monitoreo y tratamientos específicos. La implementación de técnicas de control biológico y cultural, junto con un uso prudente de insecticidas y alternativas biológicas, puede ayudar a mantener las poblaciones de psilas bajo control y asegurar la productividad y salud de los cultivos.
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